JOSÉ MARÍA DÍEZ

 

Serie completa de dibujos de Gibraltar

LA ROCA QUE ATRAPA AL ALMA

Es difícil borrar de la memoria el día en que, desde La línea de la Concepción, vi por vez primera la roca de Gibraltar. Era 2016, y para un hombre del interior que sólo llevaba en la ciudad de Cádiz una docena de años, fue impresionante aquella mole que aparecía en lo que era casi una llanura. Aquella visión tan potente era un cúmulo de sensaciones: la forma prominente y proporcionada de la roca, la luz tan mágica del estrecho y la emoción de llegar a un lugar de frontera, porque para mí, las fronteras siempre fueron lugares seductores, porque la mezcla de culturas no puede traer otra cosa que riqueza espiritual.

The Cavilla Gallery fue un descubrimiento mútuo. Al titular de aquel santurario de las artes, Dylan Cavilla, le había encantado mi obra, y yo me había sentido muy a gusto en su espacio tan delicado, que sólo estaba a unos pasos de Main Street. El bullicio, la arquitectura tan peculiar (medio británica y medio andaluza), el hablar de los llanitos... Desde entonces, siempre es un placer volver y seguir conociendo a gente y, por supuesto, dejarme llevar por los olores y por el paisaje humano y geográfico del lugar.

Pienso que mi inclinación a dibujar y a pintar la roca desde muchos lugares se produce como un hecho natural, como al que le atrae una fruta y no puede dejar de tomarla a diario. En mi mesa de trabajo (cuando dibujo) o en el caballete (cuando pinto), evocar Gibraltar siempre supone un ejercicio en el que la diversión y el recuerdo grato toman forma. Creo que es difícil que me canse de contemplar y de reflejar esa escultura que es el peñón, en papel o en lienzo, o en el grato dulzor de la memoria.

 

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