Las alboradas. Grafito sobre papel, 12x17 cm
EL VIAJE DE STEVE HACKETT
Bay of Kings es un álbum de Steve Hackett editado en 1983 (un año mágico para mi, por cierto). Aunque todo entero es de una exquisitez soberbia, hay un corte, el segundo, que me obsesiona -lo reconozco- de tal manera que se ha convertido en los últimos lustros en una especie de melodía de cabecera que, además de placer, me proporciona inspiración continua a la hora de crear. Para mí, The journey requiere una escucha casi diaria. Existe una versión en directo tomada en Sicilia (con teclados de Julian Colbeck) que, desde mi punto de vista, aún supera a la del original. De esa versión es de la que me nutro principalmente.
Cuando empecé a viajar a Cádiz desde mi Extremadura natal, aquello sonaba constantemente en el Mazda3, de ida y de vuelta, y en su sonido encontraba miméticamente los paisajes que van desde Monesterio hasta lo que se conoce como La media fanega. Esos tramos tienen una calidad antigua, como escenas extraídas de pinturas renacentistas que cambiaran según la hora, el mes o el clima del momento. Lomas leves, árboles que cierran composiciones perfectas, fondos de valles mágicamente sugeridos por la calidad de las luces, tan distintas, tan fugaces. De igual manera que uno se perdía en las notas de la guitarra y en los fondos del teclado, también lo hacía en la visión de aquellos lugares. Desde entonces, sin darme cuenta, fui configurando en la cabeza la idea de llevar al caballete el montón de sensaciones que me sacudían. De esta manera, negro sobre blanco, fueron emergiendo las series Arcadia y De profundis, que hablaban, desde muy adentro, de un tiempo antiguo y perdido en la memoria. Pero también querían ser una oda al viaje, no sólo rompiendo distancias físicas, sino también emocionales, como queriendo traspasarse a uno mismo en una vida renovada.